XV Mostra Oberta de Poesia a Alcanar

La Mostra Oberta de Poesia a Alcanar és una trobada poètica que acull diverses tendències poètiques al voltant del Dia Mundial de la Poesia

dijous, 3 de desembre del 2009

Juan Carlos Elijas a ritme d'havanera

HABANERA



El mi abuelo se fue a Cuba y no volvió.

No volvió jamás para hacernos la casa

de estilo colonial, modernista, indiano

que solían construir los que volvían

con las arcas repletas del gran negocio.



El Dorado del abuelo fue una negra

que lo hizo más feliz que mi santa abuela,

tan de credo, misa diaria, salve y ángelus,

por tradición familiar, desde muy niña.



Y no volvió. Se dejó caer en una

cómoda hamaca fumando en guayabera.

Besó eternamente a su eterna Yolanda,

su negro sueño de riquezas cumplido.

Siempre andaba del ‘tumbao’ a la tumbona

en su finquita de Santiago de Cuba.



Allí, bajo la palmera y su penacho,

contempla el verde balcón que da a Jamaica.

Allí llegó con los Prat, los Bacardí,

los Ferrer, los Pons y los Martí Llosera.

Fue amigo personal de Benny Moré

entre ficus y palmas de la botánica

ciudad con fortaleza que es Cienfuegos.



Benny Moré, biznieto de un rey del Congo,

trajo de África el temblor de la sabana

y lo tradujo a sus rítmicas guarachas

y al eléctrico mambo de su batuta.

Yolanda danzaba como esas diosas

que doblan sus caderas para doblar

también el tiempo, la fatiga, el olvido.





He conocido al abuelo en un viaje

que va a quedar sin vuelta, porque Cienfuegos

me capturó el corazón con su bahía

con sólo abrir los ojos a mi llegada.



Hay dos mestizas precoces en el arte

rumboso y sabrosón de la salsa y dicen

ser primas hermanas mías sin dudarlo.

Dejaré a un lado las investigaciones.

Disfrutaré la gloria con la familia.



Tremendas primas y tremendas mulatas

nos deparó la voladura del Maine.

De Santiago a Cienfuegos vengo inflamado.



Yolanda descalza traspuesta se mueve,

con toda su edad, al compás de un son rico.

La admiran sus nietas y en la hamaca el yayo

saborea una breva Flor de La Habana.



Cantan habaneras al otro costado

mis tristes parientes por parte de abuela.

Tristes habaneras sensibles, nostálgicas,

con un vaivén de acordeón y sextante,

tristes como el águila guantanamera.

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