Iván Díaz Sancho
Frente a la indignidad, el tartamudo
Y tanta sangre monta tanto cerdo
con el dólar ahumado, a pata coja,
quebrada en el valor la cuerda floja,
que hebilla no de oro el hombre cuerdo.
Cordura desatada en el desierto
en aras de lo líquido, la toga
en cortes de infección, la tela en boga
que nos liga de fútbol su oda al tuerto.
Y toma del pastel el tartamudo
la nata ya cuajada por el vientre,
la flor evaporada en un embudo.
Pues si duda de un miembro que anda ausente,
le burlan la palabra a lo cornudo,
mirándose la orgía sin que entre.
Kyoto, diciembre de 2011
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