Emili Bayón del Puerto
CARA
I
LAS AFUERAS
Yo, del que nada sabes, fui
un niño atormentado por el álgebra.
Apenas recuerdo si fui feliz
o si la vida, todavía, no era un desengaño.
Me ha quedado de aquel tiempo, sin embargo,...
un olor a humedad y a humo de descampados.
Una añoranza que aún me asalta
cuando los pies me llevan, como a un extraño,
a recorrer alguna tarde aquellos barrios.
Yo, del que nada sabes, fui
un niño de aquellos desiertos lejanos.
Yo, del que nada sabes, fui
un niño atormentado por el álgebra.
Apenas recuerdo si fui feliz
o si la vida, todavía, no era un desengaño.
Me ha quedado de aquel tiempo, sin embargo,...
un olor a humedad y a humo de descampados.
Una añoranza que aún me asalta
cuando los pies me llevan, como a un extraño,
a recorrer alguna tarde aquellos barrios.
Yo, del que nada sabes, fui
un niño de aquellos desiertos lejanos.
II
COMO UN LÁZARO RESUCITADO
Te me antojabas tan lejos
Que parecía que hubieras muerto.
Pero hoy te he visto;
y como el que supera un cáncer,
como si me hubiese sido concedido un permiso navideño
para salir de la cárcel.
Como el que por fin abandona la unidad de cuidados intensivos,
he ido a tu encuentro.
El ruido, la gente, las breves horas que le quedan al año
se han detenido
cuando nos hemos mirado.
de espaldas,
reflejados en el aparador de un comercio.
III
FRENTE AL MAR EN INVIERNO
No controlo el ritmo de las mareas,
ni he podido evitar la cuota de dolor
que me corresponde por estar vivo.
Pero afirmo que me esfuerzo,
que lucho y me rebelo contra la desdicha,
que afronto el estupor de estar vivo, de pie,
con los ojos abiertos.
Y si me enojo, si grito y escribo,
si busco la pasión con denuedo,
si tropiezo y me caigo y vuelvo y regreso,
es porque aún estoy vivo.
Aunque sé que la pena anida en mi muy adentro,
porque soy humano, y soy libre.., y soy eterno…
(aunque solo sea por un breve tiempo)
IV
LA FATIGA DE LOS MATERIALES
Habituados al trato humano
Se enternecen y debilitan con los años.
Creo haber oído el lamento, postrero,
del viejo vaso antes de hacerse añicos contra el suelo.
Cuando al anochecer regreso
reconozco el suave ronroneo
del destartalado frigorífico que,
como un viejo gato, me sale al paso.
Y cuando dejo el libro
y anhelo el sueño,
busco el redondeado metal
de la cabecera del lecho,
gastado por mis dedos.
Juntos nos hemos ido fatigando.
Juntos nos hemos hecho viejos.
CREU
V
AQUELLS NADALS
No vull tornar als Nadals d'aquells anys,
ni al silenci imposat pels guanyadors de la guerra.
Però enyoro la solidaritat de la meva gent;
obrers de jornada i mitja, humils, soferts..,
i, malgrat tot, alegres.
ni al silenci imposat pels guanyadors de la guerra.
Però enyoro la solidaritat de la meva gent;
obrers de jornada i mitja, humils, soferts..,
i, malgrat tot, alegres.
Aquells Nadals d’infant,
quan el món era petit i els pares Déus,
i l'estel de Nadal un llum brillant
quan el món era petit i els pares Déus,
i l'estel de Nadal un llum brillant
que il·luminava la boira
a l'entrada de les fàbriques.
a l'entrada de les fàbriques.
VI
QUARESMA
Plou com quan érem nens.
Setmanes Santes d’aquell temps,
Quan els cinemes i teatres eren tancats
I fugíem de les malifetes
Per temor al càstig del mossèn.
VII
QUIMERES
I esperar,
com aquell que espera una quimera.
com el que confia en contemplar
com el que confia en contemplar
la putrefacció del plàstic
la resurrecció de la carn.
Esperar,
quimeres!
Setmanes plenes de diumenges,
tornar a tenir vint anys,
que tu em tornis a estimar.
VIII
A LA MANERA D’EN MIQUEL
Deu anys sense en Miquel Martí i Pol
Però encara volta la turbina del meu cervell,
i dóna energia per contemplar aquest cos inert,
i fabrica records
i sentiments.
Un alè que em manté,
com un subsidi,
en el món dels vius.
A preu fet.
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